Este miércoles, Uruguay dio un paso histórico al aprobar la ley de “Muerte Digna”, que legaliza la eutanasia bajo condiciones estrictas de enfermedad incurable y sufrimiento extremo. Con 20 votos a favor y 11 en contra, el Senado cerró un debate legislativo de cinco años que captó la atención del país y del mundo.
La nueva normativa permitirá que cualquier persona mayor de edad y psíquicamente apta, diagnosticada con una enfermedad incurable, irreversible o que provoque sufrimientos insoportables, pueda solicitar la eutanasia de forma libre, personal y por escrito. El procedimiento deberá realizarse de manera “indolora, apacible y respetuosa de la dignidad” del paciente.
El texto fue impulsado por legisladores del Frente Amplio, con apoyo de algunos miembros del Partido Colorado y el Partido Nacional. Según la consultora Cifra, el 62% de los uruguayos respaldaba esta iniciativa.
La ley contempla un proceso médico riguroso: la solicitud deberá ser evaluada por dos profesionales independientes y, en caso de discrepancia, por una junta médica. Además, se creará una Comisión Honoraria de Seguimiento que informará al Ministerio de Salud y al Parlamento sobre los casos registrados.
El senador colorado Ope Pasquet, autor del primer proyecto en 2020, celebró la aprobación señalando que “la eutanasia no se impone, se elige”. Por su parte, desde la oposición, algunos legisladores cuestionaron la falta de garantías y la implicación del Estado en el proceso de morir.
Con esta decisión, Uruguay se posiciona nuevamente a la vanguardia en la ampliación de derechos, como ya lo hizo con la legalización del aborto, el matrimonio igualitario y la regulación del cannabis.
El Poder Ejecutivo dispone ahora de seis meses para reglamentar la ley, que será implementada dentro del Sistema Nacional de Salud.
