La prolongada sequía que afecta a la región de Cuenca ha llevado a una drástica disminución de las reservas de agua en el embalse de la central hidroeléctrica Mazar. Según los últimos datos proporcionados por Celec Sur, este 3 de septiembre de 2024, la cota del embalse se encuentra a 2.137,39 metros sobre el nivel del mar, a solo 16 metros de su nivel máximo.
La situación es crítica. El embalse de Mazar, con una capacidad total de 410 millones de metros cúbicos, ha estado perdiendo aproximadamente un metro de su reserva cada día. Esta disminución se debe al bajo caudal de los ríos de Cuenca, que han experimentado 53 días consecutivos de sequía hidrológica en la región del Austro. Los principales afluentes que alimentan Mazar y la central Paute, como los ríos Tomebamba, Yanuncay, Machángara, y Tarqui, están en niveles mínimos históricos, afectando la capacidad de recuperación del embalse.
El agua del embalse de Mazar no solo es fundamental para sus dos turbinas, sino que también alimenta el embalse de la central Paute, que tiene una capacidad de 120 millones de metros cúbicos. La central hidroeléctrica Paute, la segunda más grande de Ecuador, se encuentra operando con sus 10 turbinas, generando 7.060 megavatios/hora hasta las 13:00 de este martes 3 de septiembre.
El caudal del río Mazar se ha reducido a 12,46 metros cúbicos por segundo, un nivel alarmantemente bajo para esta época del año. La cota de la central Paute se encuentra actualmente en 1.989 metros sobre el nivel del mar, a solo dos metros de su nivel máximo. Esta central es vital para el suministro energético del país, aportando el 26% de la generación hidroeléctrica nacional este martes, igualando la producción de la central Coca Codo Sinclair.
El 83% de la demanda nacional de energía en Ecuador es cubierta por las hidroeléctricas, lo que resalta la importancia de mantener operativas las centrales Mazar y Paute. Sin embargo, la reducción en el nivel de agua de estos embalses pone en riesgo la capacidad de generación de energía del país. A medida que la sequía persiste, la situación podría empeorar, afectando no solo a la generación eléctrica sino también a las comunidades que dependen de estas fuentes de agua.
La situación en Mazar y Paute es un claro recordatorio de la necesidad de una gestión más sostenible de los recursos hídricos en Ecuador. Las autoridades deben continuar monitoreando de cerca los niveles de agua y considerar medidas para mitigar el impacto de la sequía. Al mismo tiempo, se hace un llamado a la población para que tome conciencia sobre el uso responsable del agua y la energía, en un esfuerzo conjunto para enfrentar los desafíos que presenta el cambio climático.