Río Bonito do Iguazú, en el centro sur del estado brasileño de Paraná, quedó prácticamente devastada luego del paso de un poderoso tornado el viernes 7. Imágenes aéreas grabadas por un dron muestran techos arrancados, casas derrumbadas, calles bloqueadas y un paisaje completamente transformado por la fuerza del fenómeno. La destrucción es tal que varias zonas quedaron irreconocibles para los propios habitantes.
Según reportó la Defensa Civil, el tornado registró vientos que oscilaron entre 180 y 250 km/h, lo que provocó que cerca del 80% de los edificios de la ciudad resultaran destruidos o severamente dañados. La violencia del evento dejó a cientos de familias sin hogar y generó pérdidas materiales cuantiosas que aún están siendo evaluadas por las autoridades locales.
Durante las primeras horas de respuesta, se confirmó la muerte de cinco personas y al menos 130 heridos, algunos de ellos de gravedad. Equipos de rescate, bomberos y voluntarios trabajan para despejar los escombros, localizar a posibles desaparecidos y brindar asistencia a los damnificados. El gobierno de Paraná se mantiene en alerta, mientras se coordinan esfuerzos para garantizar refugio, atención médica y apoyo a la población afectada por uno de los peores desastres naturales recientes en la región.
