En una medida inusual, el Aeropuerto de Dunedin ha establecido un límite de tres minutos para los abrazos de despedida en la zona de vuelos. La decisión, anunciada por el director ejecutivo del aeropuerto, Daniel De Bono, tiene como objetivo optimizar el flujo de pasajeros y reducir las aglomeraciones en áreas sensibles del aeropuerto.
La normativa ha generado un intenso debate en redes sociales. Mientras algunos usuarios consideran que tres minutos son suficientes para una despedida, otros la ven como una intromisión en los gestos emocionales. Un usuario bromeó al decir que “tres minutos son generosos”, mientras que otros expresaron su descontento, calificando la medida de “inhumana”.
De Bono defendió la decisión, recordando que el estacionamiento es gratuito por 15 minutos, un tiempo suficiente para despedidas breves sin incurrir en multas. Las tarifas de estacionamiento pueden ascender a 39 euros, lo que ha llevado a algunos a reconsiderar el tiempo destinado a las despedidas.
Este tipo de regulación no es exclusivo de Nueva Zelanda; otros aeropuertos, como el de Aalborg en Dinamarca, también tienen normativas similares. La implementación de esta medida ha generado un debate sobre hasta qué punto las políticas aeroportuarias deberían influir en las interacciones personales en espacios públicos.
