El conflicto en Gaza ha dejado una huella indeleble tanto en los civiles palestinos como en los soldados israelíes. Desde el inicio de las hostilidades, más de 42,000 personas han perdido la vida, y el sufrimiento de la población civil ha sido devastador. Sin embargo, la guerra también ha provocado un impacto significativo en la salud mental de los combatientes, quienes regresan a casa con traumas que muchos no pueden comprender. La historia de Eliran Mizrahi, un reservista israelí, pone de manifiesto esta dura realidad.
Mizrahi, de 40 años y padre de cuatro hijos, fue desplegado en Gaza tras el ataque de Hamas en octubre de 2023. Después de seis meses de enfrentar situaciones extremas y presenciar horrores, regresó a casa traumatizado, sufriendo trastorno de estrés postraumático (TEPT). Su madre, Jenny, recuerda que “salió de Gaza, pero Gaza no salió de él”. A pesar de recibir terapia, Mizrahi se suicidó, lo que plantea preguntas inquietantes sobre el apoyo disponible para los soldados que enfrentan traumas profundos.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han reconocido el aumento de problemas de salud mental entre sus tropas, pero carecen de cifras oficiales sobre suicidios. Un médico de las FDI, que habló bajo condición de anonimato, explicó que muchos soldados sienten “miedo de ser reclutados de nuevo”, reflejando una ansiedad persistente sobre su bienestar. Además, los soldados han compartido su desconfianza hacia los civiles en Gaza, lo que complica aún más su experiencia emocional. “Cuando ves a los civiles, muchos enfrentan un dilema moral”, comentó un exsoldado, destacando la complejidad de la situación en el campo de batalla.
El caso de Eliran Mizrahi es un llamado urgente a la atención sobre la salud mental de los soldados y la necesidad de un apoyo adecuado. Mientras continúan los combates y el sufrimiento en Gaza, es vital que se tomen medidas para abordar el trauma que afecta tanto a los militares como a los civiles. El conflicto no solo se mide en vidas perdidas, sino también en las cicatrices invisibles que persisten mucho después de que se apagan las balas. La comunidad internacional y las autoridades deben actuar para garantizar que quienes están en la línea del frente reciban el apoyo necesario para sanar.
FUENTE: CNN
