Este pasado jueves, 29 de agosto, alrededor de 100 migrantes ecuatorianos arribaron al aeropuerto de Guayaquil tras ser deportados desde Estados Unidos y México. Este grupo de retornados trae consigo historias desgarradoras de violencia y sufrimiento vividos durante su travesía.
Entre los migrantes que llegaron se encuentran Fátima y Mónica, quienes compartieron relatos impactantes sobre su experiencia. Fátima, de 29 años, había sido secuestrada y agredida en Ecuador antes de emprender su viaje. Durante su estancia en un centro de migrantes en Texas, se le negó el asilo y enfrentó severas dificultades. Mónica, también de 29 años, sobrevivió a un secuestro en México y fue liberada milagrosamente a pesar de no haber pagado el rescate.
Ambas mujeres gastaron cerca de $7,000 en su intento por llegar a Estados Unidos, recorriendo varios países y enfrentando condiciones extremas. Fátima y Mónica expresaron su temor de regresar a sus hogares debido a las amenazas y violencia que enfrentaron. Fátima, en particular, había decidido huir de su provincia natal tras ser víctima de agresiones y amenazas de una banda delictiva.
Este grupo de deportados forma parte de una creciente ola de migrantes ecuatorianos que enfrentan enormes desafíos en su búsqueda de mejores oportunidades. Este evento subraya la dura realidad de muchos migrantes que arriesgan todo en su viaje hacia el norte, solo para encontrarse con dificultades extremas y peligros imprevistos.
Además, se espera que este jueves llegue un vuelo adicional de migrantes ecuatorianos deportados desde Panamá, quienes también enfrentaron riesgos en su travesía a través del Darién.
La llegada de estos migrantes resalta la urgente necesidad de apoyo y soluciones para quienes enfrentan adversidades en su búsqueda de una vida mejor.
Fuente: Diario «El Universo»
