El clima en Guayaquil ha experimentado un notable cambio en las últimas semanas, con una disminución en las temperaturas nocturnas que contrasta con los picos de calor registrados a principios de año. Después de alcanzar temperaturas superiores a los 36 grados centígrados y un aumento en el consumo eléctrico debido a la climatización, ahora se observan registros más frescos, con temperaturas descendiendo hasta los 21°C durante la noche.
Este descenso en las temperaturas nocturnas se atribuye a la disminución de la temperatura del mar frente a la costa, especialmente después de que El Niño fuera declarado inactivo el 20 de mayo en Ecuador. Sin embargo, lo que desconcierta a los expertos es la rapidez con la que se está produciendo este enfriamiento oceánico.
Las proyecciones indican que existe una probabilidad considerable de que se configuren las condiciones de La Niña en los próximos meses. Se estima que hay un 60 % de probabilidad para los meses de julio a septiembre, y un aumento a un 70 % entre agosto y octubre. La instauración de La Niña podría tener implicaciones significativas en el clima regional, con la posibilidad de días aún más frescos en el horizonte.
Este cambio en las condiciones climáticas subraya la importancia de monitorear de cerca los patrones del océano y sus efectos en el clima local y regional. Los habitantes de Guayaquil y áreas circundantes deberán estar preparados para adaptarse a estas fluctuaciones climáticas en los meses venideros.