Una sonrisa frente al mar, fruta fresca en mano y cero estrés. Así se ve el bienestar cuando uno se permite una pausa lejos de la rutina. Tomarse unos días de descanso en la playa no solo ofrece un respiro físico, también puede tener efectos positivos en la mente.
De acuerdo con diversos estudios, las vacaciones en entornos naturales —especialmente en la costa— ayudan a reducir los niveles de ansiedad y estrés. El sonido de las olas, la brisa marina y el contacto con la naturaleza activan respuestas fisiológicas que promueven la relajación y el equilibrio emocional.
Los especialistas recomiendan aprovechar estos espacios para desconectarse de las pantallas, dormir mejor y practicar actividades al aire libre. Más allá del descanso, una escapada al mar puede convertirse en una terapia natural para mejorar el ánimo y fortalecer la salud mental.

