La Noche Amarilla, uno de los eventos más importantes de la ciudad, dejó no solo recuerdos festivos, sino también una considerable cantidad de basura. Un operativo de limpieza realizado al día siguiente reveló que se habían recolectado cerca de cinco toneladas de desechos, principalmente en las áreas adyacentes al evento, que congregó a miles de personas. Las principales calles y plazas fueron el punto de concentración de residuos como plásticos, envases y otros materiales que no fueron gestionados adecuadamente.
El alcalde de la ciudad, visiblemente preocupado por la situación, hizo un llamado a la ciudadanía, señalando la importancia de asumir la responsabilidad colectiva en el manejo de los residuos. «La celebración no debe terminar con una huella ambiental tan grande. Es necesario que todos tomemos conciencia sobre la importancia de cuidar nuestros espacios públicos y el medio ambiente», expresó en un comunicado oficial. Aseguró que el evento, aunque significativo, no justifica el descuido hacia el entorno.
Además, el alcalde anunció que se incrementarán las campañas de sensibilización y educación ambiental en los próximos meses, con el objetivo de reducir el impacto negativo de las grandes aglomeraciones. La autoridad local indicó que también se reforzarán las medidas de recolección y distribución de basureros en puntos estratégicos, esperando que la ciudadanía se involucre más en el proceso de conservación del medio ambiente durante futuros eventos masivos.