Un total de 1.800 militares fueron desplegados en las provincias de Orellana y Sucumbíos como parte de una operación intensiva para combatir la minería ilegal y capturar a los responsables del asesinato de 11 uniformados ocurrido el pasado 9 de mayo en Alto Punino. Las Fuerzas Armadas realizan patrullajes por tierra, aire y vía fluvial, utilizando helicópteros equipados con tecnología de visión nocturna y cámaras de alta definición que permiten registrar y transmitir imágenes en tiempo real.
Las operaciones incluyen vigilancia en la Troncal Amazónica y los principales accesos entre Lumbaquí, Lago Agrio y el límite con Colombia, con el fin de bloquear rutas de abastecimiento y fuga de los grupos criminales. Según los mandos militares, hay al menos 150 delincuentes en la zona, y se intensifican los esfuerzos para localizar campamentos ilegales, pistas clandestinas y centros de actividad delictiva en la selva ecuatoriana.
