Con una mochila que contenía 14 latas de atún, Luzmila llegó al mediodía del lunes 3 de junio a la Penitenciaría del Litoral. Ella tiene dos hijos, de 22 y 26 años, presos en este centro carcelario, que alberga a cerca de 6.000 reclusos. Hasta el viernes 31 de mayo, estos reclusos habían recibido servicio de alimentación, el cual fue suspendido debido a una disputa entre el Gobierno y la empresa encargada de suministrar la comida en las cárceles.
Lafattoria, la empresa proveedora del servicio de alimentación en los reclusorios, suspendió su servicio en las cárceles y centros de infractores de Guayas, citando la falta de pagos. La empresa especificó que la suspensión afecta a la División Administrativa Territorial 3, que incluye todos los centros de rehabilitación social, centros de adolescentes infractores y unidades de aseguramiento transitorio de Guayas.
Luzmila es una de las decenas de madres y esposas que acudieron a la Penitenciaría con latas de atún, ya que es el único alimento que se les permite ingresar hasta que se restablezca el servicio de alimentación para los 12.000 presos que hay en Guayaquil.