El Monte Everest, que se eleva a 8,849 metros sobre el nivel del mar, continúa aumentando su altura debido a la erosión de un río cercano. Un estudio publicado por el University College de Londres y la Universidad China de Geociencias revela que, en los últimos 89,000 años, la cima del Everest ha crecido entre 15 y 50 metros. Este crecimiento es impulsado por la erosión del río Arun, que fluye al este del Everest y ha excavado un profundo desfiladero en la región.
Los investigadores explican que la pérdida de masa de tierra a causa de la erosión genera un efecto conocido como rebote isostático, donde la corteza terrestre se eleva para compensar la pérdida de material. Este proceso permite que el Everest crezca a una tasa de aproximadamente 2 milímetros por año, superando el desgaste causado por la erosión.
Además, el estudio destaca que el Everest no es el único pico afectado; sus vecinos, el Lhotse y el Makalu, también están experimentando un crecimiento similar. Este descubrimiento subraya la complejidad de los procesos geológicos en juego y cómo continúan moldeando el paisaje montañoso del Himalaya.