El Mar Caspio, el lago más grande del mundo, enfrenta una alarmante reducción de sus niveles de agua, lo que podría tener graves consecuencias para la región. Desde 2005, este cuerpo de agua, que se extiende entre Europa y Asia, ha experimentado un rápido retroceso debido a la crisis climática, la construcción de represas y la sobreexplotación de sus recursos. Cinco países—Kazajstán, Irán, Azerbaiyán, Rusia y Turkmenistán—dependen del lago para la pesca, la agricultura, el turismo y el agua potable.
Investigadores advierten que, si las tendencias actuales continúan, el Mar Caspio podría perder hasta 30 metros de su nivel para 2100, lo que afectaría gravemente la biodiversidad única del área. Especies en peligro como el esturión, fuente del 90% del caviar mundial, y las focas del Caspio, un mamífero que no se encuentra en ninguna otra parte del planeta, enfrentan una posible extinción. Además, la pérdida de este lago crucial podría agravar los desafíos climáticos de la región al reducir la humedad y la lluvia en Asia Central.
Ante este panorama, expertos temen que la creciente escasez de agua podría generar tensiones entre los países que rodean el lago, desencadenando una competencia por los recursos cada vez más limitados. Si no se implementan acciones coordinadas y efectivas para mitigar el impacto ambiental, el futuro del Mar Caspio y de las naciones que dependen de él está en riesgo.