América Latina enfrenta una crisis energética sin precedentes que ha llevado a muchos países a experimentar apagones prolongados y severas limitaciones en el suministro eléctrico. Ecuador ha implementado cortes programados de hasta diez horas diarias debido a la dependencia de sus centrales hidroeléctricas, que representan el 72 % de su matriz energética, exacerbada por sequías históricas. En Cuba, la situación es igualmente crítica, con apagones de hasta veinte horas diarias, reflejando la obsolescencia de una infraestructura que no ha sido modernizada en décadas.
La crisis no se limita a estos dos países; Brasil, el gigante sudamericano, ha visto una caída drástica en la generación hidroeléctrica debido a la peor sequía en 74 años, con las principales plantas operando a menos del 10 % de su capacidad. Mientras tanto, México también ha sufrido apagones significativos y enfrenta críticas por su creciente dependencia del gas natural importado de Estados Unidos. Argentina, por su parte, ha anunciado un plan para evitar apagones durante la temporada estival, pero su sistema eléctrico se encuentra al borde del colapso debido a años de falta de inversión y mantenimiento.
Expertos advierten que la falta de inversiones y la crisis climática son los principales factores que agravan esta situación. A medida que los países de la región luchan por mantener un suministro energético confiable, la necesidad de modernizar las infraestructuras y diversificar las fuentes de energía se vuelve más urgente. La resiliencia de Chile, que ha sabido aprovechar la energía solar y eólica, ofrece un modelo a seguir, mientras que otros países deben enfrentar el desafío de reinventar sus sistemas energéticos antes de que la situación se vuelva aún más crítica.
FUENTE: CNN
