El presidente de Madagascar, Andry Rajoelina, dejó el país el pasado 12 de octubre en medio de disturbios generalizados. Según informó la emisora de radio RFI, el mandatario viajó a bordo de un avión militar francés tras ser trasladado previamente en helicóptero a la isla de Santa María, ubicada en la costa este de Madagascar. Desde allí voló hacia el territorio francés de ultramar de la Isla Reunión y posteriormente continuó su viaje junto a su familia hacia Mauricio o los Emiratos Árabes Unidos.
La evacuación fue autorizada por el presidente francés, Emmanuel Macron, con el objetivo de garantizar una transición pacífica. Sin embargo, las autoridades francesas subrayan que no intervienen ni intervendrán en la crisis interna de Madagascar. Hasta el momento, un vocero de la presidencia malgache no ha emitido comentarios sobre el informe de RFI.

Las manifestaciones en Madagascar comenzaron el 25 de septiembre debido a la escasez de agua y electricidad, pero rápidamente se ampliaron a un levantamiento que exige mejores servicios básicos y denuncia la mala gobernanza del Gobierno. La víspera de su salida, Rajoelina denunció un intento de toma ilegal del poder por la fuerza.
En paralelo, el Cuerpo de Mando del Personal del Ejército de Madagascar (CAPSAT), que se solidarizó con los manifestantes, se autoproclamó Comando Supremo de las Fuerzas Armadas del país, marcando un punto crítico en la crisis política.
La situación refleja la creciente tensión en Madagascar, donde los problemas de servicios básicos y la falta de confianza en el Gobierno han desatado una crisis institucional que ahora se intensifica con la salida del presidente.
