En un giro alarmante para la cadena de restaurantes TGI Fridays, casi 50 locales han cerrado sus puertas en la última semana, dejando a la compañía con solo 164 restaurantes operativos en EE. UU. Esta drástica reducción en su número de establecimientos marca el mayor cierre desde enero, cuando la empresa también cerró 36 ubicaciones consideradas de «bajo rendimiento». Los cierres recientes han afectado a varios estados, incluidos California, Nueva York y Florida, generando preocupación sobre el futuro de la marca.
Los informes indican que TGI Fridays está considerando declararse en bancarrota bajo el Capítulo 11 para reestructurar su deuda y buscar un comprador para parte de su negocio. Según expertos, la cadena ha estado enfrentando dificultades para adaptarse a los cambios en los hábitos de consumo, así como a la creciente competencia de restaurantes de comida rápida de bajo costo. Esta situación ha dejado a la empresa incapaz de manejar su deuda, y se anticipa que la declaración de bancarrota podría ocurrir en noviembre, justo antes de la próxima ronda de pagos de arrendamiento.
El cierre de estas ubicaciones no solo resalta los desafíos que enfrenta TGI Fridays, sino que también es un reflejo de las tensiones actuales en la industria de restaurantes. Con varias cadenas, como Red Lobster y Buca di Beppo, también enfrentando quiebras este año, el panorama se torna incierto. La inflación y el cambio en las preferencias de los consumidores han llevado a una reevaluación de los gastos, lo que ha impactado severamente a los restaurantes tradicionales.