Colombia da otro golpe simbólico al narcotráfico de su país. Una mansión usada por jefes paramilitares y narcotraficantes, como Pablo Escobar, para planificar crímenes en Medellín tendrá un nuevo uso. Decomisada en 2010, se convertirá en un laboratorio forense para identificar miles de desaparecidos en Colombia. En la opulenta casa Montecasino se gestaron magnicidios de candidatos presidenciales y masacres de campesinos.
Así lo evidencian testimonios de antiguos sicarios al servicio de sus dueños, los hermanos Carlos, Vicente y Fidel Castaño, jefes de los escuadrones de ultraderecha Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).