
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien lanzó hace 10 meses una «guerra» contra las pandillas, presentó la cárcel «más grande de América», que albergará a 40.000 presuntos pandilleros.
La megacárcel fue construida en una zona rural aislada en un valle cercano a Tecoluca, 74 km al sureste de San Salvador, y fue inspeccionada por Bukele.
La prisión posee un muro perimetral de 2,1 kilómetros, que será vigilado día y noche por 600 soldados y 250 policías. En el interior la seguridad estará a cargo de guardias de la Dirección General de Centros Penales.
Las celdas son de concreto reforzado y tienen gruesos barrotes de acero. La prisión cuenta con pozos propios para extraer agua potable.
«Toda persona perteneciente a una estructura terrorista es la que va a ingresar a este centro de confinamiento», aseguró el viceministro de Justicia y Seguridad Pública, Osiris Luna.