
Militares de la brigada Pastaza interceptaron un camión que llevaba camuflado un arsenal de 12 escopetas, 24 municiones y distinta clase de explosivos en Shell, una localidad situada a 15 minutos del Puyo.
De acuerdo a los reportes militares el armamento tenía como objetivo llegar a Quito para apoyar las movilizaciones en contra del Gobierno Nacional.
Las investigaciones señalan que las armas son de origen artesanal y que provenían de comunidades indígenas de Morona Santiago.
Tras la incautación no hubo detenidos, pese a que las armas estaban en poder de personas.
La Fiscalía no se ha pronunciado con respecto a este operativo hasta el cierre de esta edición.
La ONG Human Rights Internacional denunció que los manifestantes usan armas de fuego, bombas molotov y armas blancas en las protestas. A través de un comunicado la organización manifestó que «las protestas ya no son pacíficas».
La situación los motivó a retirar a cuatro de sus funcionarios por los ataques recibidos e intento de retención.