
Una alerta de bomba en los parqueos aledaños a la Unidad Judicial Penal adjunta al centro comercial Albán Borja movilizó al escuadrón del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) de la Policía para verificar la sospecha sobre los explosivos.
Tras la inspecciones el sargento Frank Jaramillo indicó que se encontraron dos cartones abandonados con partículas de sustancias explosivas, con las mismas características de pentolita.
«Eran alrededor de seis tacos de 450 gramos. Estos artefactos estaban convertidos en cargas explosivas, mediante un sistema de ignición. Desconozco el por qué no se activaron.
Él añadió que su onda expansiva podía desplazarse alrededor de 100 metros y que son objetos utilizados en actividades mineras.
Las actividades en la unidad judicial fueron momentáneamente suspendidas, mientras los uniformados efectuaban su labor, pero luego fueron retomadas.