
En el decimosexto día de la guerra, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo en conferencia de prensa desde la Casa Blanca que Rusia «pagará un alto precio si usa armas químicas» en Ucrania.
Los occidentales están preocupados por el posible uso de armas químicas por parte de Moscú tras la invasión de Ucrania lanzada el 24 de febrero.
Por su parte, Rusia acusa a Washington y Kiev de gestionar laboratorios destinados a producir armas biológicas en el país, lo que ha sido negado por ambas capitales, y este viernes estaba prevista una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre este tema.
Biden se comprometió a «evitar» una «confrontación directa entre la OTAN y Rusia» porque provocaría la «tercera guerra mundial». «No vamos a librar una guerra contra Rusia en Ucrania», insistió el líder estadounidense.
A su vez, apuntó: «Vamos a asegurarnos de que Ucrania tenga las armas para defenderse del invasor ruso». El dicho sucede luego de que el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, en mensaje retransmitido por muchos legisladores estadounidenses, deploró que Washington se niegue a que Kiev reciba aviones de combate polacos.
En ese sentido, Biden argumentó que Estados Unidos ya había proporcionado armas antitanques y sistemas de defensa capaces de derribar aviones y helicópteros.
También fue tajante al sostener: «Ya sabemos que la guerra de (Vladimir) Putin contra Ucrania nunca será una victoria». Además, Biden se comprometió a «dar la bienvenida a los refugiados ucranianos» en Estados Unidos «con los brazos abiertos», sin dar más detalles.