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Sara Gómez, agente inmobiliaria y madre de dos hijos, se debatió durante 28 días entre la vida y la muerte y falleció el pasado sábado, 1 de enero, luego de realizarse una liposucción.
El 2 de diciembre se sometió a una liposucción y acabó en cuidados intensivos, primero, y después con su muerte. Ayer, la juez de guardia retiró el pasaporte y prohibió la salida del país a Alejandro M. A. C., el médico que la operó.
Ella contactó con el médico, según su familia, a través de redes sociales, y este alquiló un quirófano en la clínica cartagenera Virgen de la Caridad.
Tras la operación tuvo que ser trasladada de urgencia al Hospital Santa Lucía, donde ingresó «sin pulso y sin tensión», explicó su padre, con daños en numerosos órganos -riñones, hígado, colon, intestino y duodeno, entre otros-.
La familia asegura que sufrió 27 perforaciones con la cánula empleada para extraerle grasa abdominal, y eso derivó supuestamente en una fuerte hemorragia, que obligó a su traslado urgente.