Por: Vito Muñoz
En Sudamérica hay candidatos que pierden las elecciones porque su estilo mata el entusiasmo de la gente.
Aburren y remiten temas que pierden vigencia, sus temas están en el pasado, se dedican a criticar y poco a soñar. Son previsibles. Están congelados mientras la sociedad siglo XXI es cada vez más líquida.
Hoy el estilo es como un reality show que debe atraer a la gente común, más que a las élites, analistas y la prensa, aburren los políticos que combaten un comunismo que desapareció hace más de 30 años.
Hoy apenas el 20% se interesa que el presidente sea de izquierda o derecha. La mayoría experimenta el cambio más vertiginoso de la historia de la especie: Comunicación, seres humanos, familia, valores y el trabajo que se transforma todo el tiempo.
Los jóvenes no hablan de guerrilleros sino de hackers, les preocupa la robótica, el metaverso.
Hoy la comunicación más moderna es usar poco las palabras, más el meme, la herramienta de comunicación más innovadora de la política contemporánea.
Hoy se debe comunicar diciendo lo que nadie más se atreve.
En Chile pasó algo similar a Ecuador, Lasso obtuvo 20% frente al 33% de Arauz. El resultado fue tan malo que lo motivó a cambiar de estrategia, obteniendo un triunfo de 52% a 48%.
Quien gana y pierde las elecciones es el candidato, no hay asesores geniales ni aliados influyentes. El 60% de posibilidades de triunfo son las condiciones del candidato, el 20% estrategia y el 20% todo lo demás.
Pero lo que si es cierto es que en esta sociedad de internet debe ser alguien que no aburra ni se comporte de manera anticuada.
El candidato tiene impacto real cuando llega a los sentimientos de los nuevos votantes.
Si el mensaje entusiasma solo a sus seguidores duros y no interesa a los indecisos, no sirve para avanzar en las elecciones.
Resumen de la entrevista efectuada en Buenos Aires a Jaime Durán Barba.
