
Desde el 14 de diciembre UNESCO declaró a “El Pasillo” ecuatoriano como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.
Se trata de un género musical y bailable que hizo su aparición en Ecuador en el siglo XIX, en la época de las guerras de independencia sudamericanas, como resultado de una fusión entre diversas músicas indígenas –por ejemplo, el yaraví– y europeas, en particular el vals, el minué y el bolero español.
Tal y como su propio nombre indica, este baile lo ejecutan dando pasos cortos una mujer y un hombre formando pareja.
Emanación de una cultura urbana dinámica y en constante evolución, la música de la danza la interpretan solistas, dúos, tríos y orquestas con guitarras acompañadas por un requinto en muchos casos.
Las letras de las canciones entonadas al compás de la música evocan el amor y sus penas, la familia, la patria y la vida diaria de la gente, haciendo de “El Pasillo” un auténtico poema musical.
Para los ecuatorianos, este elemento del patrimonio cultural inmaterial se ha convertido con el correr del tiempo en una forma de expresión colectiva que constituye un signo de su identidad y un vínculo de unión con su patria.