
En línea con su estilo naturalista de realización cinematográfica, la directora Chloé Zhao supo desde un primer momento que quería llevar a cabo el rodaje en escenarios reales.
El equipo se instaló en Londres y en la campiña británica, donde se crearon varios entornos, y luego se trasladó a las Islas Canarias para crear los escenarios restantes del film.
En Londres se filmó en lugares emblemáticos como el Museo de Historia Natural, Piccadilly Circus, Belsize Park, Camden Lock and Market y Hampstead Heath.
Black Park fue el predio elegido para montar la imponente pirámide azteca.
La ubicación elegida para el campamento de Druig fue un área boscosa dentro de Wormsley, en una finca privada en Buckinghamshire, y el rancho de Ajak se construyó en Salisbury Plain, en Wiltshire.
Las escenas que transcurren en Alaska se filmaron en Swinley Forest, que forma parte de Crown Estate en Berkshire.
Además, una casa particular en Surrey representa la casa de Phastos en Chicago.
En Islas Canarias, el equipo se asentó en Fuerteventura y Lanzarote, donde se grabaron las escenas de Babilonia, Mesopotamia y Australia.
Estas islas ofrecieron a la producción la oportunidad de mostrar diferentes períodos de la historia en la pantalla utilizando partes de las islas para duplicar históricamente lugares que ya no existen o en los que es difícil filmar.
“Rodar en esos lugares, en esos entornos con un desierto real, con un océano real, con volcanes reales fue algo que no siempre podemos hacer, y creo que la película se vio enriquecida por eso», comenta el productor Nate Moore.