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Cortes de agua y electricidad, carreteras cortadas y habitantes incrédulos. En tres días cayó el equivalente a un año de lluvia.
La metrópoli de 10 millones de habitantes sufrió el martes una tormenta devastadora que anegó una línea de metro y dejó en la superficie montañas de automóviles apilados, barro y destrucción.
Al menos una docena de personas murieron antes de que los socorristas pudieran liberar a los supervivientes de los vagones del metro.
El jueves se cuestionó el grado de preparación de las autoridades para la catástrofe. (AFP)